Porque a veces vas a toda ostia y no te paras a pensar en las cosas, y cuando frenas, es cuando te das cuenta de todo. Y sabes que tienes a la mejor amiga del mundo. Sabes que cuando lloras es la primera en estar ahí, que es la que te apoya, la que te alegra, la que te ayuda. Y también sabes que la has fallado muchas veces. Y que no la quieres perder por nada del mundo. Y cambias, cambias como sea, cambias porque no quieres perderla. Y entonces esperas que no sea demasiado tarde, cierras los ojos y deseas con todas tus fuerzas que ella también pueda sentir que te arrepientes de todo corazón por todas las cagadas y que le pides una nueva oportunidad para que todo vuelva a ser como siempre.
Te quiero.
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