lunes, 2 de julio de 2012

Diario de abordo #3.

Genial. Eres gilipollas, nena, gilipollas. El problema está en que no eres capaz de negarte a hablar cuando te viene de buenas. Y el segundo problema está en ponerte a dar saltos de alegría cuando te dicen que después de 672 horas o, lo que es lo mismo, 28 días, vas a volver a ver a los ojitos azules. Y todo para doblar la esquina y verle con la camiseta roja (joder, que bien le queda), y que te entren los nervios más enormes de toda tu vida (sin exagerar), y que no te haga ni puto caso en toda la tarde (ah, no, una vez habló un plural, sin mirarte). Y vuelves a callarte lo que sientes como una puta (aunque un poco zorra sí que eres, la verdad), porque es un poco tarde para admitir que no has dejado de pensar en él. Jamás te creerían.
Y ya la has cagado otra vez.

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