lunes, 2 de julio de 2012

Diario de abordo #1.

Te pasas el tiempo buscando a esa persona que te complemente, o tal vez intentando sentirte a tres metros sobre el cielo con sapos disfrazados de Hache. Pierdes días, meses, rayada por el mismo tío. Sí, ya sabes de lo que hablo: hablo de noches llorando hasta quedarte dormida, hablo de cuando notas esa sensación de ahogo cada vez que la imagen de él con ella atraviesa tu mente como un rayo y te deja sin habla, hablo de la impotencia en tu sangre cuando se te cae la venda y te das cuenta de que todo lo que hagas no va a servir para nada. Hablo, bueno, de esas dos lágrimas que te mojan las mejillas cuando decides tirar la toalla, sin condiciones, sin... sin marcha atrás. Hablo del amor. Cuando decides rendirte te imaginas días y noches de lágrimas, pero muchas veces, duele más el amor que el olvido. Hay malos ratos, pero entre llanto y llanto, descubres que la clave está en no joderse la vida, porque cuidar de una sola flor puede hacer que se pudra todo el jardín. Y pronto, la quemazón que te provocaba aceptar que todo se había acabado se convierte en simple escozor. 
Te prometes a ti misma no volver a caer en la trampa, y reconstruyes tu orgullo a hostias si hace falta. Y te das cuenta de que la vida es tan puta porque tú ponías esquinas en lugar de bosques de esperanza.


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